A veces crear contenido nuevo no es más que echar la vista atrás y darte cuenta de que has pasado por alto un montón de cosas que ahora, con el paso del tiempo, te inspiran y te parecen más interesantes para compartir con más detalle.
Quizás porque mis prioridades han cambiado o porque disfruto más de ciertas cosas, voy a reciclar parte de mis publicaciones para darle vida a post como el de hoy en el que hablaré de gastronomía. Concretamente del Bar do Porto en Corrubedo, Ribeira, un restaurante pequeñito situado en pleno puerto donde el producto llega directo del mar a la mesa.
El verano pasado, tal y como estaban las cosas, nos propusimos salir de la rutina sin poner muchos km de por medio. Visitar nuestra tierra y disfrutarla.
El destino nos llevó a Corrubedo donde el famoso arquitecto David Chipperfield tiene su particular refugio, una casa ‘abierta’ al mar. Es tal el arraigo que siente por ésta villa marinera que hace unos años le dio una segunda oportunidad a uno de los bares con más solera del pueblo, abriendo sus puertas después de casi dos décadas cerrado.
‘O Bar do Porto’ es, al igual que lo era hace años, lugar de reunión para los vecinos y además, un reclamo para los turistas, como nosotros.
Es un local pequeñito donde reina la sencillez, y cuya reforma recuerda lo que un día fue. Teniendo en cuenta que el producto llega directo del mar a la cocina del restaurante, sobra decir que todo está exquisito. El trato fue buenísimo y la relación calidad-precio correcta. Si váis, no dejéis de probar los rollos de canela, son otro nivel, palabrita.
Es uno de ésos lugares que recomendarías a cualquiera y al que tú mismo volverías una y otra vez, por éso quiero compartirlo con vosotros.
Cuando acudimos a un restaurante buscamos sentirnos cómodos, valoramos mucho el servicio de la mesa y la decoración tanto del restaurante como del espacio en el que vamos a comer. Por ello es conveniente que los bares y restaurantes utilicen mantelería de calidad, dará una mejor impresión un mantel de tela que uno de papel.