Dicen que una imagen vale más que mil palabras, por eso hoy quiero que hablemos de la relación entre nuestros sentimientos y lo que transmitimos. En concreto, de las fotografías y su carga emocional.
Siempre me decís que mis fotos os hacen sentir mucha paz, quizás sea la misma que yo siento al sacarlas, y me alegro de ser capaz de haceros sentir a través de ellas, a través de algo tan simple a priori. No sé si es o no cuestión de sensibilidad, pero me alegro de que seáis capaces de hacerlo, y de ver con vuestros ojos lo que los míos captaron con anterioridad.
VER CON EL CORAZÓN
Soy de las que pienso que para sacar una foto no sólo es necesario encontrar un lugar bonito, para sacar una foto hay que dejarse llevar, dejar que la cámara transmita no sólo lo que ven nuestros ojos, sinó lo que nuestro corazón siente y quiere compartir en ése momento. Del mismo modo, para que una foto nos emocione no es necesario nada más que sentirla, observar su contenido con el corazón. Puede que ése cielo azul no te diga nada a simple vista, o puede que te recuerde a alguna persona, a algún lugar, o a aquel momento feliz que tanto añoras.
Las fotografías tienen un poder que no mucha gente conoce, por lo que os animo a que a partir de ahora, os detengáis delante de cada una de ellas. Estoy segura de que seréis capaces de ver más allá si os lo proponéis.
Os dejo una lectura muy interesante sobre el tema, y también alguno de los post que he escrito sobre fotografía.