EMBARAZO: MI EXPERIENCIA

He empezado a escribir éste post en unas cuantas ocasiones pero no encontraba las palabras ni la forma de expresarme. Me explico, sabéis que soy sumamente celosa de mi intimidad, y no quería que ésto se convirtiera en un cuento que narrase con pelos y señales toooodo lo que llevo vivido de embarazo, algo tendré que dejar para mí.

Después de darle muchas vueltas y de tratar de enfocarlo de una forma más light, y en la cual me sintiese cómoda, creo que he dado en el clavo.

Voy a dividirlo en varios apartados y/o cuestiones relevantes o que me parecen importantes destacar. La mayor parte de los apartados tienen por título algunas de las preguntas que me habéis ido haciendo en mi cuenta de Instagram, aquí, dónde os he dejado una carpeta destacada.

Empezamos:

¿Tardaste mucho en quedarte embarazada?.

No, pero bueno, a lo mejor lo que a mí me parece poco tiempo a alguna le parece una eternidad, empezaré repitiendo una de las frases que más me vienen a la boca en éstos últimos meses: cada persona es un mundo, hecho del que dependen infinidad de cosas.

¿Cómo te diste cuenta?.

Sinceramente, porque los pantalones no me servían y toooodo me daba asco, y cuando digo todo es todo, jaja.

Diréis, ¿no tenías otros síntomas?, venía de sufrir unos problemas de salud cuyos síntomas eran los mismos que se suelen tener en el embarazo, malestar general, cansancio, náuseas…, por lo que en ningún momento los relacioné con la posibilidad de estar embarazada.

Estado anímico, antojos: ¿las hormonas son tan puñeteras cómo nos cuentan?.

Para mí el embarazo ha sido un chute de energía, de alegría y de ilusión. Evidentemente, a veces los dolores y molestias te chafan el día, pero en general mi estado de ánimo es buenísimo.

Las hormonas me han dado subidón, no considero que esté más sensible, más bien todo lo contrario. Es más, me ha poseído el espíritu del ‘me la sopla todo’, jaja.

Sobre los antojos, que yo recuerde sólo he tenido uno, a todo lo demás podemos llamarle gula, jajaja.

¿Miedos?.

Creo que tenía más antes de quedarme embarazada que ahora mismo. Mi mente tenía hecha una idea demasiado macabra y sórdida del embarazo.

Pero os hablo del tema con calma en éste post.

De médico en médico.

Precisamente éste era uno de mis mayores miedos. Yo, que le tenía alergia a los médicos y uniformes sanitarios en general me ponía de los nervios sólo de pensar en toooodas las visitas al hospital, a la matrona, analíticas…, ésto último sigue sin hacerme mucha gracia pero nada es tan negro como parece, os lo digo yo.

Ahora lo único que me da miedo de las consultas es saber si todo marcha bien

Molestias:

Hasta las 20 semanas estuve fenomenal, apenas tuve náuseas y no había ni rastro de molestias así que pude seguir llevando una vida normal.

Justo aquí, y coincidiendo con el momento en el que la barriga empezaba a coger forma, mi espalda, con la que nunca me he llevado demasiado bien, empezó a darme la lata. Al incordio de la ciática y la lumbalgia se sumaron un par de infecciones de orina, que hicieron del Ecuador del embarazo una etapa un poco ‘delicada’.  

Desde que la espalda me dió el primer aviso he tenido todo el cuidado del mundo, intento salir a caminar, no coger peso, cambiar de postura, etc, pero aún así se resiste y sigue acompañándome, así es que es algo que ya he asumido que permanecerá conmigo hasta el día D.

Cambios.

Quizás deba dejar éste apartado en blanco para responder una vez dé a luz, porque sin duda el momento crucial será cuando dejemos de ser dos, pero dicha palabra durante ésta etapa da mucho de sí, y creo que mientras tanto puedo hablaros de otro tipo de cambios:

Cambios físicos: Con un cuerpecito tan mini, cualquier cambio es súper evidente. Desde el minuto uno mis pantalones han dejado de ser mis pantalones para convertirse en unos auténticos desconocidos y yo, pese a que los echo de menos, estoy feliz de haber engordado (era hora) y de que mis caderas ya no sean las de una niña.

En éste caso las hormonas sí que me han dado algún que otro disgusto, y mi piel sufrió un pelín durante los primeros meses. Os hablo de ello y de como lo solucioné en éste post.

Cambio de ‘chip’: en mi caso es totalmente evidente, me he vuelto mucho más paciente, sosegada y, sobre todo y más importante, más positiva. Además, me siento más madura y segura de mi misma.

Como conclusión sólo os puedo decir que mi experiencia está siendo muy positiva, y estoy viviendo ésta etapa súper feliz.

Ni siquiera en el momento más bajo, tanto física como anímicamente, he tenido malas sensaciones, más bien todo lo contrario. Merece tanto la pena que se perdonan los dolores, las malas noches, y hasta los pinchazos, jaja.

Laura Lourido

Ser cabezota puede ser un defecto, o no. Éste calificativo que tan bien me describe ha sido el impulso que he necesitado todos éstos años para crecer en mi proyecto de marca personal. Bienvenidos a mi mundo.

3 Comments

  1. ¡Muy buen post! Las vitaminas para el embarazo pueden ayudarte mucho y son de vital importancia, para garantizar la salud y el desarrollo adecuado del bebé. En el caso de faltarle algún complemento alimenticio, estas se lo pueden aportar también. Gracias a ellas, los órganos del bebé crecerán más fuertes y sanos.

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