Por experiencia propia sé que la palabra ‘nunca’ es un poco peligrosa, la vida da muchas vueltas y en cualquier momento nos podemos ver obligados a comernos nuestras palabras.
Es cierto que también es una palabra que implica cerrarse en banda y yo no soy así, pero sí que reconozco que he pecado (y peco) diciendo en más de una ocasión ‘yo ésto nunca’.
Seguramente éste post tenga más sentido cuando el bebé nazca y vaya creciendo porque serán muchas las ocasiones en las que tendré que rectificar y tragarme ésos ‘nunca’ de los que os hablo, pero me parecía un buen momento para empezar a tratar el tema.
Me he propuesto dejar el nunca a un lado y tratar de cambiarlo por otras palabras menos tajantes y radicales, porque la perfección no existe y ya veremos en que plazas tendremos que torear, y de que forma lo hacemos para salir lo menos perjudicados posible.
Mientras pensaba en como podía desarrollar éste tema me ha venido a la cabeza un clarísimo ejemplo, algo chorra éso sí, pero que sin duda refleja a la perfección el tema que tratamos hoy, y algo con lo que he tenido que agachar la cabeza y tragar: ‘Yo nunca me voy a vestir de chandal’. Un zasca bien grande me he llevado. Cómo bien os vengo diciendo desde el comienzo del embarazo estoy teniendo muchos problemas para encontrar pantalones. He probado de todo tipo, incluso varias tallas más, tipo premamá con gomas, pinzas, etc, y no hay forma. Tengo la barriga muy baja desde el principio y, además de que todo me molesta, estoy infinitamente incómoda.
Durante el verano ésto ha sido un mal menor porque los vestidos me han salvado la vida, pero ahora no me ha quedado otra que pasar por el aro y hacerme con pantalones de felpa, sí, sí, con pantalones de chándal, tipo jogger o llámemosle x, pero en definitiva pantalones de estilo deportivo. Ésos que tanto me horrorizaban y que siempre decía que no había porque vestirse así que seguro que en el mercado había mucha variedad donde poder encontrar unos pantalones apropiados para cada una, y que las que se los ponían era por dejadez, pues toma ya, por bocazas me ha tocado premio.
Es un ejemplo chorra, como digo, nada de vital importancia ni que influya directamente en el cuidado o educación del bebé que sin duda son los temas en los que mas metemos la pata juzgando y criticando, pero totalmente válido para tratar éste tema.