Ramón es un sueño hecho realidad, mi paz, mi mejor terapia. Los cuatro kilos de ternura con la mirada más pura que había visto nunca.
Es inquieto, como mamá, y la viva imagen de su padre (o éso dicen!).
Va justito de paciencia, y duerme con un ojo abierto y otro cerrado no vaya a ser que se le pase la hora del bibe. Una vez con la tripa llena lo que más le gusta es relajarse mientras lo observa todo y le da unos buenos meneos al chupete.
Desde que ha llegado sólo puedo mirarle y acariciarle mientras me olvido del reloj porque aún no me puedo creer que ya lo tengamos aquí, y no sabéis la pena que me da que crezca tan deprisa.
Es increíble lo rápido que pasa el tiempo, parece que fue ayer cuando le vimos por primera vez a través de una ecografía mientras nos imaginábamos como sería nuestra vida con él, y ahora lo tenemos aquí, tan frágil, tan pequeño que a veces me da hasta miedo tocarle.
Esperaba y temía el día de su llegada a partes iguales, pero el instinto no nos ha fallado y hemos sabido que hacer exactamente en cada momento, aunque a veces éso de que no traiga libro de instrucciones sea un marrón de los gordos.
En definitiva, éste pequeño diablillo ha venido al mundo para hacernos mejores personas, y para enseñarnos la lección de nuestras vidas.
Para hacer que miremos la vida con otros ojos y aprendamos a distinguir lo importante de lo superfluo.
Éste sólo es un post de presentación, en cuanto logre centrarme un poco iré publicando más contenido relacionado con la maternidad, mi experiencia, como es mi vida con un bebé, etc.
Podéis sugerirme temáticas para post si hay algo en concreto de lo que os gustaría que hablase.
Sin más, gracias por todos vuestros mensajes, por el cariño que me demostráis cada día y por vuestro apoyo.
¡GRACIAS!